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Mostrando entradas de abril, 2018

Toracocentesis

Pintura de Marilyn Manson Estoy de vacaciones, repasando algunas de las que serán nuevas páginas de este diario. Un recuerdo se ha colado en mi mente y me ha hecho estremecer,  y sólo por eso lo escribo. Un anciano semidesnudo sentado en la sala de intervenciones, al lado de broncoscopias. Uno de esos hombres caballerosos, de mirada tierna y amable, dedos finos y pantuflas impecables, dejándose pinchar por el residente para hacer una toracocentesis diagnóstica. De pronto empieza a llorar, las lágrimas resbalan por arrugas divergentes y las manos temblorosas aferran un pañuelo de papel humedecido. - Pobre hombre, le está haciendo daño -pienso yo. El resi, preocupado, y ya terminada la toracocentesis, le pregunta si le duele, y el anciano, con voz temblorosa y una sonrisa de ojos tristes, le responde entre suspiros: - No hijo no, si ni me he enterado, lo ha hecho muy bien... Es la preocupación, ya sabe... A veces puede con uno... Qué ingenua yo en ese momento, creyendo que s

Mi primera operación

'Artistas' de Silvia Muñoz Dicen que estas cosas no se olvidan, pero mi memoria de pez y yo discrepamos.  No me acuerdo de mi primer día en el hospital, ni de mi primer paciente (ambas cosas pasaron hace apenas un año), así que el día de hoy lo escribo, para que no se me olvide. Ha sido 'mi primera operación', aunque llamarlo así es darme demasiada importancia: ni es la primera operación que veo, ni he operado a nadie, lo máximo que he hecho ha sido sujetar herramientas cuyo nombre desconozco y dar unos torpísimos primeros puntos al final. Lo que sí es cierto es que hoy es la primera vez que me he lavado.  Que me dejen lavarme significa que en lugar de observar a tres reservadísimos metros de distancia para no romper el sagrado campo de esterilidad, puedo pegarme como una lapa a los cirujanos y ver y tocar todo lo que ellos ven y tocan. Me mandan sujetar cosas,  me explican lo que están haciendo y a mí me fascina ver la facilidad con la que se manejan. He de reconocer

Historia clínica

Ilustración de Paula Bonet Ayer mi R4 me mandó hacer una historia clínica. Seleccionó a la paciente más colaboradora de la planta, me presentó y me lanzó al ring. No era la primera historia clínica que hacía, tampoco fue la mejor. Lo que marcó una diferencia para mí fue la corrección. Mi resi favorito ni siquiera miró la hoja que a mí me había costado tanto escribir. Me miró a mí y me preguntó qué problemas y dificultades me había encontrado y cómo me había sentido. ¿Y qué importancia tiene eso? Pues la tiene. La tiene porque plantarse con una bata delante de una persona enferma y hacer como que lo tienes todo controlado es difícil. Yo estaba insegura, nerviosa y preocupada, y no debía notarse. Nadie nos enseña en la facultad a tratar con los pacientes ni a hablar con sus familias. No nos explican que la inseguridad te perseguirá siempre, o que la preocupación es intrínseca a esta profesión y que para que los nervios no te delaten es necesario un máster de arte dramátic

Broncoscopias

Edema agudo de pulmón de Silvia Muñoz Es curioso -y aterrador- cómo puede uno distanciarse de lo que significan realmente las cosas para la persona que tiene delante, para su familia, para sus amigos… Me paso las mañanas correteando por los pasillos pegada a la bata de mi responsable, ansiosa por aprender y deseando que me expliquen más, y más, y más… Hasta que de repente soy consciente de la realidad, de lo que significa estar en un hospital, discutir un caso clínico, planear un tratamiento o realizar una prueba. Es como chocarse con una dura y fría pared de cristal que ha estado ahí todo el tiempo, pero que no he visto hasta golpearme de lleno con ella. Hoy me ha pasado en broncoscopias. Una broncoscopia es una prueba en la que introducen una cámara por la nariz para llegar a los bronquios y ver el interior de los pulmones. Además, pueden recogerse muestras para descartar enfermedades y pinchar ganglios para estadificar un cáncer, como en este caso (se trataba de un EBUS).

Viernes

Nice to meet you  de Silvia Muñoz Hoy no fue un buen día. Llegué a las 9 al rotatorio, como vengo haciendo la última semana. Medicina interna, UCA, planta 6. Antes de pasar visita los médicos adjuntos y los residentes se reúnen para repasar los casos. Falta uno. La historia clínica no está encima de la mesa. El R3 que lleva el caso busca en el ordenador: exitus. Salida. Muerte. Fallecimiento. El pobre hombre ha muerto durante la noche y ninguno nos lo esperábamos. Ingresó en muy malas condiciones, pero ayer estaba mejor. Ayer estaba mucho mejor. No sabemos qué ha ocurrido. Pasamos a ver los demás casos, los demás pacientes. Hablamos de la encantadora mujer de 92 años que está siempre riendo, hablando y bromeando. Es todo simpatía, optimismo y vitalidad. Hace dos días mi compañera y yo estuvimos casi una hora hablando con ella para hacerle la historia clínica. Han llegado los resultados de las pruebas que le hicieron ayer. Tiene cáncer. No le dan ni un año de vida. Mientras